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sábado, 26 de julio de 2014

La misión de los líderes es formar y coachear


Decir haciendo es un estilo de gerenciar y coachear


Peter Drucker, uno de los padres del Management, decía que gerenciar es obtener resultados a través de la acción voluntaria de terceros. Toda persona que ocupe una posición donde posea injerencia sobre personas, debe tener presente que la mejor forma de crear liderazgo positivo, es generando respeto en su entorno, con su equipo de trabajo, pares, superiores y mercado en general.

Debe predicar con el ejemplo, partamos de la premisa que el respeto es una actitud. Uno, desde el lugar que ocupe, debe preocuparse por hacer más y decir menos. Debe mostrar como pretende se hagan las cosas y entender que debe proponer: no obligar. Desde esa base, el colaborador podrá aportar su visión, su experiencia y generará valor.

No debemos olvidar que estamos trabajando con personas que desean desarrollarse y más allá del pensamiento individual que uno posea, debe entender que el éxito se basa en hacer colaboradores exitosos. Esa es nuestra misión como líderes. Esa será la manera de poder conducir equipos hacia el alto rendimiento.

El liderazgo del ejemplo puede verse no sólo en el management, también en algunos deportes y hasta en la política. Conceptos como la disciplina, el orden, la táctica y estrategia, son necesarios para triunfar en ámbitos del deporte, así como en la vida personal.
Analicemos los deportes que se practican en equipo, al igual que en las empresas. Utilicemos el rugby y el futbol:
  • En ambos casos el capitán es elegido por los jugadores. 
  • Ese capitán no sólo es responsable por todo lo que ocurra dentro de la cancha, se extiende también fuera de ella. 
  • Siempre corre más que el resto, tacklea a más rivales, llega primero a cada entrenamiento, comunica a cada uno lo que espera de él y muestra el camino, realizando siempre un esfuerzo mayor.
La función de ese capitán es generar compromiso entre sus jugadores, transmitirles que deben esforzarse al máximo por los otros jugadores y hacerles entender que sin ellos, no hay posibilidades de alcanzar ningún éxito. Son parte de un equipo.

En una empresa, en cambio, los empleados no eligen a sus jefes, sino que se los asignan. Para que una persona haga lo que le piden de manera convencida, debe poder confiar en su manager, verlo como referente, sentir que es "su" capitán, que dará más que él y que por eso puede exigirlo.

Un buen líder debe saber trabajar bajo presión, tener reacción rápida y capacidad para comunicar conceptos claros, concretos y alcanzables. Es deseable que pueda cuantificar los objetivos a los que espera lleguen sus equipos (aplica a cualquier área dentro de una organización). Jamás debe dejar de darse feedback.

¿A que nos referimos cuando hablamos de "experiencia"?

En resumidas palabras, podemos decir que es común relacionar experiencia, con una persona que posea varios años haciendo lo mismo . Generalmente, se asume que el haber hecho algo durante un tiempo determinado, nos dará como resultado a alguien que lidere desde su experiencia. Error!

Es de suma importancia el saber comunicar mediante el ejemplo y no sólo limitarse a quedarse con haber tenido los años de experiencia en un rol o posición determinada.

El mercado, por ejemplo, ofrece cursos de formador de formadores. Estos consisten en poder darles las herramientas a la gente con experiencia -pero sin capacidades de comunicación- para que desde el ejemplo logren transmitir ideas, conceptos, mensajes a sus colaboradores, pares o incluso superiores.

El hecho de ejemplificar haciendo, acertando, equivocándonos, probando nuevamente y luego comunicando -guiando hacia el éxito- , nos permitirá no sólo asignar tareas y responsabilidades con una mayor seguridad, sino que el resultado al que conduzcamos a nuestros equipos, empezará a ser más conocido por nosotros: en cuanto al manejo objeciones y problemáticas de mercado se refiere.
Poder obtener esta información siendo uno la fuente, nos posibilitará identificar, entre otras cosas:
  • Aumentos en la productividad de nuestros colaboradores.
  • Capacidad de aprendizaje de nuestros equipos.
  • Armado de cuadros de reemplazo naturales.
  • Detección de potenciales líderes.
  • Optimización de recursos.
  • Mejora de procesos.
La experiencia, entonces, es tener la capacidad de comunicar y ejecutar lo aprendido en pos de un beneficio colectivo e individual.

Los directivos deben hacerse cargo de los resultados negativos y positivos de la empresa y posteriormente hacer los cambios que se requieran para pasar de ser un manager distante al coach que el equipo necesita para crecer, señaló el experto, asesor de ejecutivos como Daniel Beckerman, director general de ProdigyMSN y de empresas como Microsfot México.

“Una muestra de madurez en un líder de una organización es que se haga 100% responsable de los resultados”, dejar de ser víctima y hacerse cargo de la situación, agregó.

El directivo de la organización debe identificar los objetivos individuales de cada área y los generales del negocio para trazar metas reales, y a partir de ahí e impulsar su equipo.

Un ejemplo de cómo lograrlo es el de Daniel Beckerman, al frente de ProdigyMSN. Primero pidió a su equipo trazar sus objetivos considerando el mercado, resultados anteriores y las necesidades del negocio.
 
“Lo más común es que los colaboradores se tracen objetivos seguros y alcanzables para no incumplir”, comentó. Con eso en mente, Beckerman analizó previamente el mercado y planteó a sus colaboradores metas más altas a las propuestas, negoció con cada líder de área y en conjunto establecieron los objetivos individuales y de la empresa.

El siguiente paso es incorporar la retroalimentación periódica a los integrantes del equipo para ver cómo van sus metas y a su vez mantenerlos comprometidos.

Beckerman alentó a su equipo a ser honestos y a revelar qué necesitaban de sus compañeros para así alcanzar los resultados esperados. “Esta situación estrechó los lazos de la organización y mejoró el trabajo en equipo”, dijo el experto.

“Para ser un coach inspirador que lleve al equipo a la excelencia, es preciso que al establecer los objetivos éstos estén ligados a una métrica, es decir que se pueda medir los resultados al corto, mediano y largo plazo”, señaló.

Según el experto la diferencia entre un manager y un coach, radica en que el coach asume su responsabilidad al momento de que se presentan dificultades para alcanzar algún objetivo, busca con el equipo soluciones y anima a sus líderes.

Para Felsmann este nivel de involucramiento del manager en cada una de los aspectos del negocio es lo que hace exitosa a una organización, ya que existe un esfuerzo puntual para llevar a todos los miembros de la empresa a alcanzar los objetivos generales y no solo los personales.

¿Qué pasaría si además de decir y decidir lo que hay que hacer, lo ponemos en práctica nosotros? Los invito a que descubran sus respuestas.


Fuente:CNNExpansión

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