Uno
de los principales problemas que tienen las empresas hoy es la
necesidad de crearse y recrearse en un área donde los mercados cada vez
tienen barreras de ingreso más bajas y los productos cada vez son más
comoditizados.
En vistas de adaptarse a las nuevas
dinámicas de contexto, las marcas comienzan a tener como objetivos
estratégicos la generación de equipos creativos, donde la novedad y el
desarrollo sean el motor organizacional.
El gran dilema que se encontra aquí es cómo llegan estos discursos a las estrategias.
- Claves de la creatividad
Teresa Amabile, profesora de administración para emprendedores en Havard, en su paper "How to kill creativity" publicado en Havard business press,
dejaba sentadas las claves para la creatividad en un individuo:
motivación intrínseca, conocimiento de campo y metodología creativa.
Esto puede sonar bastante lógico desde
el punto de vista de las personas. Por ejemplo, difícilmente alguien
pueda diseñar un avión si no tiene experiencia en la industria o el
conocimiento técnico de la profesión.
Algo similar se puede observar con el querer. Una persona es creativa en lo que quiere, no solamente en lo que puede.
Amabile refleja que, adicionalmente a estas condiciones, es indispensable para una generación de ideas exitosa el enmarcarse en una metodología.
Ferran Adriá, elegido por la revista
Time como una de las 10 personas más innovadoras en 2004 y ganador
durante cinco años en el Bulli como el mejor restaurant del mundo, opina
algo similar desde el mundo de la cocina.
Según Adriá, se debe ser un apasionado
de la cocina (motivación intrínseca) y tener la maestría técnica, pero a
eso le debe sumar la metodología creativa, tal como la muestra en sus
libros.
- Aplicarlo a una marca
El punto importante está cuando se transpola esta idea al entramado organizacional.
En otras palabras, ¿cómo se puede
utilizar estas enseñanzas que dejan Amabile y Adriá para generar
empresas que lleven la creatividad desde su discurso a la acción?
Haciendo un paralelismo con estos
modelos se pueden encontrar diversos lineamientos en los cuales una
organización debería focalizarse a la hora de pensar estrategias a largo
plazo orientadas a formar empresas creativas.
Comenzando con el ítem más intuitivo, se deben armar equipos con las competencias necesarias. Para ello, se debe tratar de personas que cuenten con un correcto cóctel de conocimientos, habilidades y actitudes.
Esto sería la base para la generación de un equipo creativo. Esta condición es necesaria pero no suficiente.
Los equipos deben estar compuestos por individuos con pasión en las actividades y temáticas que queremos desarrollar.
No sirve si tienen las competencias pero no cuentan con el combustible
interno que genere las ganas de desarrollar los conceptos.
- Lo que hay que tener
Volviendo a las nociones que nos brinda
Amabile: si no se cuenta con la motivación intrínseca para generar, por
más competencias que cuente, no lo va a realizar.
Es indispensable para el desarrollo de esto entender que la fuerza es ver la marca como la facilitadora del método creativo, y ser catalizadora de ideas. La empresa debe ser el vehículo para la innovación.
Las firmas creativas piensan en el
método, y buscan colaboradores capaces de encontrar la mezcla entre su
pasión y sus competencias dentro de cada uno de los proyectos.
Por eso es importante leer la estrategia
de la empresa y generar los espacios para la creación de metodologías
que se entrecrucen transversalmente en toda la firma.
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