Líder Transformacional |
La
motivación no se basa en los premios y castigos que ofrece el líder,
sino que son el resultado de una motivación interna que los lleva a
preferir la autorrealización en vez de la seguridad. James Mac Gregor
Burns, introdujo inicialmente el concepto del liderazgo
transformacional, el cual se presenta cuando el líder apela a los más
altos valores morales para guiar a sus seguidores hacia un propósito
elevado (Hughes, Ginnett y Curphy, 1999). De acuerdo con el autor, el
jefe moviliza a los suyos hacia los niveles más elevados de moralidad y
motivación Burns (1978).
García
del Junco y Sánchez Vurués de Segovia (1998), señalan que el mismo Bass
(1985), afirma (refiriéndose al liderazgo transformacional) que va más
allá de lo ordinario, que supera las expectativas normales; para Bass,
el nuevo liderazgo, que se denomina transformacional en contraposición
al transaccional, se caracteriza por: carisma, inspiración,
consideración individual y estimulación intelectual. Hacemos algunas
consideraciones en torno a los cuatro elementos señalados. Etzioni
(1961) nos dice que los estudios realizados sobre el carisma muestran que el compromiso o identificación de los seguidores hacia sus líderes es de un nivel mayor.
A nuestro
entender, señalan García del Junco y Vurués de Segovia, una de las
principales aportaciones de Ruiz de Gauna (1989, p 549) al afirmar que
una dificultad que Bass no ha podido superar en sus modelos de
liderazgo, es la escasa valoración dada tradicionalmente por todas las
teorías, a líderes y seguidores en su consideración como personas. Para
Burns (1978), todo líder transformacional no es un líder, las acciones
son transformacionales si la sociedad se beneficia de ellas. La persona
que en la organización encarna un valor y un deber ser ideal, en
principio constituye el prototipo ideal (líder). Es ante todo un ser, un
modo de ser valioso Scheler (1941). El líder encarna de forma personal
el deber ser que consideran implícitamente los miembros del grupo, por
eso hace asequible al resto del grupo, del equipo o de la organización,
la expresión del deber ser y del valor en que se funda, al verlo
realizado en una persona. Y cuanto mayor es la influencia de la persona
sobre los demás, su definición como líder es más clara (prototipo), y
esta influencia sobre los otros no radica solo en sus actos, en su hacer
y obrar, sino también en su puro valor posible en cuanto prototipo
(líder). Y frente a esto que encarna los valores y deberes ideales,
prototipo bueno (líder). Este, se basa siempre en la intuición o
conocimiento axiológico de su bondad, solo ante ella surge el querer y
seguimiento de la persona prototipo (líder). El prototipo, es conforme a
su contenido, una consistencia estructurada del valor en forma personal
(Scheler, 1941).
El
seguimiento al prototipo (líder), más que un acto de obediencia, es:
“una libre entrega al contenido prototipo del valor personal accesible a
la intuición autónoma” (Scheler, 1941, pp. 398 y 399). Es
decir, según explica Derisi (1979, p. 122), una libre entrega al
prototipo ideal (líder) visto en una persona. Puede incluso suceder que
la persona (líder en potencia), no encarne de manera relevante ese
prototipo ideal (líder) que el seguidor cree descubrir en él. Los
prototipos reales (lideres) son validos en la medida que encarnan los
prototipos valiosos ideales, según la escala de valores personales que
asumen y no de contravalores, señalan García del Junco y Vurués de
Segovia. Dicen, que el principal factor que hace a una persona ser líder
son sus valores personales.
El líder
(prototipo valioso ideal) que encarna los valores y deberes ideales. Se
basa siempre en su intuición o conocimiento axiológico: gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, contra tales
cosas no hay ley. Para el justo no hay ley,…él para sí es ley. El fruto
de su corazón (espíritu): es amor (Fardella, 2012). Los valores forman
parte del poder del conocimiento en cuanto orientan conductas
cotidianas, cohesionan y dan sentido a voluntades colectivas, sirven
para resolver conflictos y tomar decisiones de cambio (Rockeach, 1976).
Los valores personales del líder son un potencial relevante en: la gestión de sí mismo, su equipo de trabajo y la organización.
Burns, introdujo inicialmente el concepto del liderazgo
transformacional, el cual se presenta cuando el líder apela a los más
altos valores morales para guiar a sus seguidores hacia un propósito
elevado. Para Bass (1985), el nuevo liderazgo, que se denomina
transformacional, se caracteriza por: carisma, inspiración,
consideración individual y estimulación intelectual. Objetivo:
contrastar e investigar que, los valores personales del líder Fardella
(2011), son las raíces y faros de luz del liderazgo transformacional de
Bass (1998).
Bass y Fardella
Bass (1998) sintetiza el “concepto” del líder transformador como aquel que:
- Eleva el nivel de conciencia de sus seguidores sobre la importancia y el valor de metas idealizadas.
- Ayuda a que los miembros de su equipo superen sus intereses personales, llevándolos a elegir una causa noble.
Del mismo modo definió las cuatro acciones o prácticas que todo líder transformador debe llevar a cabo:
- Motivación inspiracional, la capacidad para comunicar visiones trascendentales que involucren a los demas.
- Influencia idealizada, con su competencia de integridad personal genera confianza y credibilidad en su gente, quieren emular su conducta.
- Estimulación intelectual, implica fomentar en su gente la creatividad y propiciar la ruptura de esquemas.
- Consideración individual, implica una preocupación por las personas, en motivarlas, estimularlas y desarrollarlas.
El líder
de sus valores personales finales (raíces de su corazón), siente que su
vida tiene sentido y lo conlleva a su realización personal y felicidad.
Esto, lo logra usando y desarrollando sus propias competencias Fardella
(2011):
- En la esfera del pensamiento la orientación productiva se manifiesta en (faros de luz de su conciencia) sus valores personales instrumentales “intrapersonales”: respeto, responsabilidad y honestidad, lo conlleva a la capacidad de perdonar e irradiar alegría.
- En la esfera del sentimiento la orientación productiva se expresa a través de (las raíces de su corazón) sus valores personales finales intrapersonales: armonía interior, libertad, y sabiduría, que lo conlleva a la realización personal y felicidad.
- En la esfera de la acción la orientación se manifiesta en el trabajo productivo, labor realizada para: su propio bienestar, los demás y la naturaleza. A través de sus valores personales instrumentales “interpersonales”: respeto (prudencia), responsabilidad (autonomía-autodominio) y honestidad (verdad), lo conlleva a: tener capacidad de perdonar e irradiar alegría en todas sus actitudes y comportamientos.
La clave del líder para obrar de adentro hacia afuera es el consejo íntimo y oculto de su sentir. No
es una emoción que depende de un estimulo externo, sino, de un sentir
que envuelve todo su ser y nace de lo más profundo de su espíritu. Los
pensamientos están guiados e inundados por sus sentimientos, las raíces
por las cuales brotan los faros de luz de su conciencia. Es manso y
humilde de corazón, no es inferior a los demás, sino que, se siente
libre de su propia importancia. Su presencia irradia, una comunicación
espontanea, confianza mutua, sabe escuchar, inspira (motiva) y persuade.
Guía el desarrollo de creatividad e innovación, tiene un comportamiento
asertivo y logra colaboración. Su valentía y esfuerzo nace de un poder
interior trascendente, porque sabe, que está sirviendo a fines
superiores. Los tres sistemas caóticos del líder: (pensamientos, sentimientos, actitudes y comportamientos) se autoorganizan a sus atractores (Fardella, 2012):
a. Los valores instrumentales intrapersonales, faros de luz de su conciencia (pensamientos).
b. Los valores finales intrapersonales, raíces de su corazón (sentimientos).
c. Y los valores instrumentales interpersonales que guían todas sus actitudes y comportamientos.
Conforman un sistema caótico integral y total: el líder.
Fuente: Dr. José Fardella R.