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jueves, 31 de octubre de 2013

La humildad, cualidad primaria que todo líder debe tener

De acuerdo con los expertos, un buen líder reconoce sus debilidades y aprende a apreciar los logros ajenos, lo cual inspira lealtad y mejora notoriamente el trabajo en equipo.
Cultiva tu lado más humilde siguiendo estos consejos publicados por el Portal Inc:

No, al ‘sabelotodo’

Para ser un buen líder se debe partir de la premisa de que no lo sabe todo y nunca lo sabrá. Por lo que es importante confiar en las capacidades de ejecución y resolución del equipo de trabajo. Escuche las opiniones y propuestas de sus empleados, especialmente de aquellos a los que raramente se les escucha la voz.
 
Maganda Gandhi
 

El líder, para ser realmente un guía debe proyectar una imagen positiva, abierta, decidida, pero ante todo humilde, para contribuir al crecimiento y desarrollo de su equipo de trabajo.




Amor ciego

Cuando se trata de promocionar la empresa para la que trabaja, es natural concentrarse en lo positivo dejando de lado los aspectos que aún necesitan ajustarse. Pero tenga cuidado de convertir este discurso en la verdadera manera de ver las cosas. No cometa el error de pensar que está por delante de su competencia.

Rene Favaloro
Saque las dotes de maestro

Como líder ayudar a sus empleados es algo inherente, favoreciendo su guía en los momentos más difíciles. Aprenda a disfrutar del éxito de quienes lo rodean y reconozca el sacrificio y el buen trabajo.



Albert Einstein
  Aprenda de Einstein

El brillante científico una vez dijo: No tengo ningún talento especial, sólo soy apasionantemente curioso.” La humildad siempre lo conducirá a esta sana curiosidad de hacer preguntas y reflexionar sobre el razonamiento detrás de las cosas que no entiende. La formación es un proceso continuo y está comprobado que la curiosidad es una de las llaves del conocimiento.




Fuente:finanzaspersonales

martes, 29 de octubre de 2013

¿Cómo retener a los ejecutivos de la Generación Y?

Una nueva generación de profesionales ha irrumpido en las empresas, se trata de la Generación Y que ha venido a revolucionar la manera tradicional de hacer las cosas.
 
Esta nueva camada de ejecutivos nació entre 1980 y mediados de los 90, y se caracterizan por ser tecnológicos, desafiantes, informales, creativos, individualistas e "infieles laborales".
 
El gran reto que han planteado a las compañías es mantenerlos motivados y retenerlos con nuevos incentivos.
 
Es la única generación que posee mayor conocimiento tecnológico que sus padres. Se han desarrollado junto con la tecnología digital y el acceso a Internet. Son hijos de la globalización, lo que los ha llevado a sentir "que dominan el mundo y que son los generadores del cambio. Les ha permitido creer y vivir en función de que todo está a la mano y es fácil de conseguir", dice Lorena Baus, subdirectora de la Escuela de Negocios de AIEP.

Por la misma razón, agrega la académica, "no viven temiendo a perder el empleo, no piensan en que dejar de trabajar por ir a viajar o a estudiar al extranjero, es descabellado", sino todo lo contrario. "Son mucho más abiertos a buscar empleos y experiencias de estudio en el extranjero, por tanto tienen una mirada más 360", complementa Birgit Nevermann, gerente general de Laborum Seleccion.

En los próximos 5 a 10 años la gran mayoría de las empresas ya estarán siendo lideradas por la Generación Y, cuenta Birgit, y pasarán a ser parte importante del segmento top management, especialmente en las organizaciones más cambiantes.
 
Suele comentarse los aspectos negativos de la Generación Y, como el menor compromiso con las compañías, en el sentido que "si les ofrecen un cargo o empresa con mayores desafíos se cambian de empleo rápidamente y sin mucho tiempo de aviso y planificación para su actual empleador", revela Nevermann. No obstante, también poseen características únicas, en relación a las otras generaciones, que los hace ser un aporte significativo para las organizaciones.
 
Son profesionales creativos, con un gran manejo de información, son capaces de autogestionarse y de vincularse horizontalmente con cualquier persona. Valoran profundamente la inclusión y son generadores de cambio. "Si se les mantiene lo suficientemente motivados pueden llevar a una organización a niveles inesperados", indica Lorena Baus.
 
A pesar de ello, la integración de la Generación Y a las empresas ha resultado compleja, sus expectativas son nuevas, responden a estímulos y motivaciones muy diferentes a las que movían a sus antecesores: los babyboomers (nacidos en la posguerra y hasta el '60) y Generación X (nacidos en las décadas del '60 y '70).

Alberto Franichevich y Eugenio Marcchiori de IAE Business School en su paper "Generación Y, sangre nueva en la Empresa", aseguran que estos jóvenes componen "un grupo humano que trae consigo nuevos paradigmas que, por ser distintos a los nuestros, generan un natural rechazo defensivo". Asimismo, sostienen que "los "antiguos" ven a los Gen Y como diferentes, como inadaptados, como faltos de compromiso".

Por ejemplo la Generación X, antecesora directa de los Y, "enfrenta el trabajo con un compromiso como de por vida, más estable en el tiempo, menos ansioso al minuto de pedir feedback, no tan dependiente de la tecnología, acepta lo piramidal de las empresas y que tiene que haber un tiempo y una carrera para el desarrollo, que hay que estudiar y esforzarse para lograr las cosas y hay que empezar de abajo", dice la gerente general de Laborum Selección.

Ante este choque de generaciones, las compañías deben aceptar que es necesario ir "reformando la "caja" organizacional, para que de la integración de valores, creencias, conductas y demás aspectos culturales de los antiguos y de los recién llegados, vayan transformándose, enriqueciéndose mutuamente y adoptando una forma más acorde con un mundo en permanente cambio", sostienen Franichevich y Marcchiori.

Y las empresas lo han entendido así. Ante las particularidades de la Generación Y, se ha visto obligadas a idear estrategias para retenerlos y mantenerlos trabajando motivados. Por ejemplo, han creado "un nuevo modelo de liderazgo. Se les ha incluido en la toma de decisiones importantes, motivándolos con incentivos a corto plazo, premiando sus fortalezas como la innovación y la iniciativa, la conciliación entre la vida personal y laboral. Además se han buscado soluciones personalizadas y a medida", argumenta Lorena Baus.

Para retenerlos el sueldo ya no es el único incentivo. La Generación Y también demanda de otros estímulos, como por ejemplo:
  • Equilibrio entre los distintos aspectos de su vida: lo profesional, lo familiar y lo personal.
  • Apoyo a sus deseos de aportar a la organización.
  • La posibilidad de innovar en la manera de desarrollar su trabajo. Que les permitan pensar distinto.
  • Flexibilidad e incentivos relacionados a la vida familiar.
  • Contar con programas de desarrollo internacional.
  • Revisión de rentas no sólo una vez al año.
  • Contar con jefaturas que puedan transmitir su conocimiento con un buen liderazgo.

Las empresas deber estar abiertas a impulsar cambios organizacionales. "La clave es generar estructuras en las que se potencie el cumplimiento de metas y el trabajo por proyectos, esto dinamiza su trabajo y los mantiene motivados constantemente. No se debe mandar ni ordenar sino que integrar".

Además hay que tener presente que propiciar ambientes de trabajo gratos donde los trabajadores se sientan a gusto, "significará flexibilizar algunas normas", concluye la subdirectora de la Escuela de Negocios de AIEP.

Fuente:educamericas

lunes, 28 de octubre de 2013

Tips para refrescar tu mente, para arrancar un buen lunes

¿Estás desconcentrado y poco productivo? Estos sencillos consejos te ayudarán a recuperar el enfoque y la energía en 15 minutos.

Refrescar la mente
 ¿Alguna vez has deseado tener un botón de reiniciar en el cerebro como el de tu computadora?  
Marissa Vicario, coach en salud y bienestar, dice que no sólo es posible; sino que debería ser una parte de tu rutina diaria. “Como emprendedor, es importante que cuides de ti mismo”, dice. “Si no estás al máximo, la gente a la que sirves y con quien trabajas tampoco estará en su máximo”.

Vicario sugiere construir momentos específicos a lo largo de tu jornada para alejarte y clarificar tu mente. Aquí te compartimos cinco cosas que puedes hacer para refrescar tu enfoque en menos de 15 minutos:

1. Realiza un paseo al aire libre
Caminar al aire libre
Cuando estás sentado, tus sistemas corporales están en descanso, dice Vicario. Mover tu cuerpo ayuda a despertar tus mitocondrias, la parte de tus células que genera energía. La experta dice que tomar un paseo largo varias veces a la semana puede hacer que tus mitocondrias dupliquen su tamaño, lo que ayuda al cuerpo a producir más energía. La combinación de aire fresco y ejercicio también estimula el flujo sanguíneo al cerebro, lo que permite que ganes enfoque y claridad mental.
 “Si estás estancado en un problema o te cuesta pensar creativamente, levantarte y caminar puede darte una perspectiva completamente diferente”, dice Vicario. Y si no puedes salir al aire libre a dar un paseo, da dos vueltas alrededor de la oficina, sube y baja las escaleras o estírate en tu escritorio. El simple hecho de mover tu cuerpo ayuda.

2. Bebe agua
La mayoría de las personas están crónicamente deshidratadas, dice Vicario, y los estudios demuestran que esto disminuye la función cerebral. “Si sientes que careces de enfoque, tomarte un descanso y beber agua puede levantarte, de igual manera a como ocurre cuando riegas una planta”, dice.
Intenta tomar dos litros de agua al día (aproximadamente, según tu peso). Si el sabor te aburre, añade hojas de menta o rodajas de limón, naranja, lima o pepino.


3. Respira profundamente y difumina aceite de esencia de limón
Guarda un pequeño frasco de aceite de limón en tu escritorio e inhálalo directamente de la botella o aplica un poco en un algodón, recomienda Vicario. Esto naturalmente te ayudará reenfocar tu mente. “Los aromas cítricos estimulan el sistema nervioso y dan energía”, afirma Vicario. El eucalipto y el romero también tienen un efecto similar.
  

Comidas nutritivas
4. Come algo nutritivo
Una botana saludable puede estabilizar el azúcar en la sangre, eliminar el hambre y ayudarte en la función cerebral. Vicario sugiere tener en tu escritorio mezclas de nueces, semillas, cereales y frutos secos. Otros snacks saludables incluyen pan multigrano con aguacate, apio y crema de cacahuate. “El snack debe tener proteína y carbohidratos, que te ayudarán a balancear el azúcar en la sangre”, dice. Los alimentos altos en azúcar provocan picos y caídas en el azúcar de la sangre. Esto creará un ciclo de sentirte energizado y después cansado.




5. Toma una siesta
Tomar una siesta
Cuando eres tu propio jefe, una siesta rápida es algo que puedes calendarizar en tu día. Una siesta de 20 minutos provee beneficios significativos para mejorar el estado de alerta y el desempeño.
Aunque los estudios demuestran que puede refrescar la mente y potenciar la creatividad, no debes dormir demasiado tiempo. “Si duermes más de 20 minutos, despertarás atontado”, señala Vicario. “Si constantemente necesitas una siesta, entonces lo que debes hacer es dormir más por las noches”.


Fuente:emprendedoresnews

jueves, 24 de octubre de 2013

¿Cómo evitar la fuga de talentos?

Después de varios años desempeñando un mismo puesto de trabajo, un empleado puede comenzar a sentirse insatisfecho con el mismo, sobre todo si durante todo ese tiempo ha estado realizando las mismas funciones.

Este desencanto puede llevarle a buscar un nuevo empleo, lo cual para la empresa supone una pérdida de talento, sobre todo si se trata de trabajadores cualificados, con experiencia y que cumplen con su trabajo satisfactoriamente.

Para evitar esto, así como el coste en tiempo y dinero que supone formar a un nuevo empleado, es necesario que el empresario ponga en marcha una serie de estrategias dirigidas a retener a su empresa a los trabajadores y evitar tener que estar contratando continuamente.

En este aspecto es sumamente importante la retroalimentación, es decir, tener entrevistas con los empleados que nos permitan determinar su nivel de satisfacción dentro de la empresa y cómo podemos mejorarlo, y atender a sus aspiraciones en este aspecto que, aunque generalmente versan sobre el sueldo, también suelen ser relativas a un cambio de departamento, horario, o a desacuerdos con el jefe directo.

También es aconsejable crear relaciones entre los jefes y los empleados, ya que, aparte de facilitar el trabajo en equipo, un vínculo positivo y significativo con los jefes supone en muchos casos una razón de peso por la cual los empleados deciden permanecer en la empresa.

Tener oportunidades para desarrollar una carrera profesional dentro de la empresa también estimula a los trabajadores a permanecer en ella. Por ello, deberemos facilitarles la formación a nivel profesional, así como brindarles la posibilidad de acceder a departamentos en los que estén más interesados o a puestos superiores en la jerarquía.

No se debe ver la inversión en retener el talento en una empresa como un costo, sino como un beneficio para la empresa y un valor añadido para la misma.

http://managementjournal.net

miércoles, 23 de octubre de 2013

Lecciones de liderazgo de un astronauta y un montañista (Buenísimo)

Un líder por sí solo no puede actuar, necesita delegar y confiar en aquellos denominados seguidores activos. A continuación dos experiencias extremas que comprueban que el liderazgo se puede aplicar en varios contextos como el montañismo, el espacio y en el mundo de los negocios.

Jeffrey S. Ashby, ex comandante del transbordador espacial de la Nasa, es un astronauta que encarna a la perfección al héroe típico, ex piloto de élite de la marina, participó en misiones de combate en Oriente Medio y en tres misiones del transbordador espacial. John Kanengieter parece compartir el mismo espíritu de Ashby, pero en tierra. Él es director de liderazgo de la Escuela Nacional de Liderazgo al Aire Libre. John Kanengieter escala montañas y lidera expediciones de aventuras. Stephen Girsky es vicepresidente de GM responsable de la estrategia de la empresa, alianzas corporativas, desarrollo de nuevos negocios y áreas diversas, además de presidente del Consejo de Supervisión de Adam Opel AG.

Los tres estuvieron en la 16 Conferencia Anual de Liderazgo de Wharton patrocinada por el Centro de Gestión de Liderazgo y de Cambio y por el Centro de Recursos Humanos, ambos de Wharton, cuyo tema fue "Liderar en un mundo en conflicto".

En una entrevista concedida ese día, Girsky conversó con el profesor de Gestión de Wharton John Paul MacDuffie sobre la importancia que GM ha dado al cliente en el momento mismo en que se enfrenta a desafíos como el exceso de capacidad de la industria en general, fuerte competencia de rivales tanto en EE.UU. como en Europa, y ventas más lentas de lo esperado de Chevy Volt.

Mientras, Ashby y Kanengieter dieron lecciones de liderazgo que, según dijeron, se aplican no sólo a sus mundos repletos de aventuras, sino también a las salas de los consejos y reuniones de las empresas más tradicionales. Básicamente, Ashby y Kanengieter dijeron que todo tiene que ver con la preparación, con la atención exclusiva al objetivo y con un equipo denominado "seguidores activos". Los ponentes hablaron sobre los principales momentos de sus respectivas carreras. Ashby habló sobre el tiempo en que dirigió la misión de acoplamiento y reparación de la Estación Espacial Internacional número 112, a bordo de Atlantis, en octubre de 2002. Kanengieter habló sobre su participación en un intento de indios y americanos de escalar el Panwali Dwar de más de 6.400 metros de altitud, una de las montañas más altas y más difíciles de escalar de los Himalayas Indios.

Misión arriesgada
Ashby comenzó su saga destacando que Nasa selecciona a sus tripulaciones más importantes -las que participan en misiones del transbordador espacial- de una manera poco convencional en comparación con el procedimiento normal de una empresa. Cerca de nueve meses antes del despegue de la Misión 112, Ashby recibió una llamada a las once de la noche en el cuartel general de la Nasa felicitándolo por haber sido nombrado comandante de la misión. Pero el cuartel general le informó también que ya había escogido a su tripulación, es decir, él no participaría en la formación del equipo, sin embargo esperaban que la tripulación escogida hiciera un buen trabajo y completara con éxito la misión.

En los primeros tiempos de las misiones espaciales de la Nasa, dijo Ashby, se esperaba de los astronautas del Mercury, Gemini y Apollo que fueran líderes. "Eran todos pilotos militares y habían tenido entrenamiento de liderazgo militar". En los años 90, los comandantes todavía eran militares, pero "el ambiente en la Estación Espacial Internacional era diferente". Ahora, en vez de militares, hay científicos y otros especialistas en misiones igualmente importantes, y no necesariamente motivados por el espíritu de liderazgo militar. Era preciso que hubiera una nueva manera de trabajar con los seis o siete miembros de la tripulación, cada uno de ellos responsable de tareas delicadas y complejas, de manera que se convirtieran en una unidad cohesionada.

Ashby dijo que en ese momento su camino se cruzó con el de Kanengieter y la Escuela Nacional de Liderazgo al Aire Libre. Él decidió llevar aquella tripulación heterogénea -una mujer, un ruso que no hablaba inglés, su piloto, y un médico- a los cañones de las montañas de Utah donde harían una caminata de 11 días por el desierto, es decir, la misma duración de su futura misión en el transbordador espacial.

Ashby quería que la experiencia fuera lo más ardua y desafiante posible. Él sabía que siete días juntos en una misión era prácticamente el límite antes de que ocurriera un incidente motivado por peleas, resentimientos, etc. Además, él llevó al equipo a las montañas de Utah en noviembre, justo la época del año en que el tiempo es más húmedo y comienza a hacer frío. Todos los días, él cambiaba al líder; la misión consistía en atravesar una serie de gargantas y montañas del Parque Nacional. Así, todos tendrían la oportunidad de ser jefe y un "seguidor activo".

En un momento dado, cerca de un pasaje donde había una cascada, el grupo se dividió, de manera que quien estaba por delante no veía quien estaba detrás. Alguien en la retaguardia sugirió que volvieran por el camino por donde habían venido y dieran la vuelta, es decir, que se tomara la ruta más larga, pero más segura. Por último, el grupo decidió no acatar la sugerencia y siguió adelante por el agua dando prioridad a una ruta más directa.

Lo más importante de todo para Ashby, sin embargo, fue que el miembro cuya sugerencia no fue aceptada -en vez de sentirse mal o enfrentarse a los demás- se ofreció para subir y guiar a los miembros del grupo en la parte más peligrosa del paredón de la montaña por donde bajaba el agua. "A pesar de estar en contra, eso no le impidió mantenerse firme en su compromiso", dijo Ashby. "En ese momento tuve la certeza de que seríamos un equipo y completaríamos nuestra misión. Aunque hubiera desacuerdos, aquella experiencia marcó el viaje y, más tarde, marcaría la misión también. El comportamiento fue definido por un sentimiento de respeto y cooperación".

Según Ashby, esas cualidades se volvieron más importantes durante la misión. La parte más crítica sería el acoplamiento con el material de reparación en la estación. Del despegue al acoplamiento son dos días que requieren de bastante precisión. "Finalmente, tendríamos que acoplarlos a la estación a 386 Km. de distancia a una velocidad de 28.698 Km/h".

Todo iba bien hasta que cuando faltaban 4,8 Km. y tres minutos, todo indicaba, por la lectura del ordenador, que había habido un error de cálculo. "El acoplamiento tiene que salir bien a la primera, porque la cantidad de combustible de los propulsores no permite otro intento", dijo Ashby. No se trataba de una situación de vida o muerte, añadió. Pero abortar una misión de mil millones de dólares a causa de un error de cálculo contrariaba frontalmente todo lo que se entendía por liderazgo. Durante varios minutos, Ashby repasó todos los detalles con la tripulación en un intento de descubrir por qué la lectura del ordenador, los ordenadores y la propia misión habían fallado. Por último, faltando un minuto, llegó un mensaje de Houston: "Haga lo que crea que tiene que hacer".

"¿Qué se espera de un líder en esos momentos?", planteó Ashby. Todo se resume "a un momento". En aquel instante, todo el trabajo que habían tenido -desde aquella caminata en los cañones a la fuerza que se habían dado los unos a los otros- adquirió una importancia súbita. Un miembro de la tripulación analizaba rápidamente las lecturas; otro puso su conocimiento del radar a prueba y todos manifestaron su confianza en la capacidad de decisión de Ashby. Por último, en vez de confiar pura y simplemente en los ordenadores, Ashby guió al piloto de forma manual, hasta el punto de orientarlo mirando por la ventana de la nave como un padre que vigila al hijo al volante. La misión estaba salvada.

Atrapado por avalanchas
Kanengieter escala montañas. No es una iniciativa multimillonaria, pero la conquista del Panwali Dwar está en la cima del ránking de montañismo, ya que sólo un equipo ha conseguido este hecho antes. Fue necesario un mes para montar tres campamentos en altitudes diferentes. El equipo finalmente llegó al tercer campamento a 5.486 metros.

Después, una serie de tempestades de nieve provocaron diversas avalanchas, atrapando al grupo durante varios días. Era imposible permanecer mucho tiempo en aquel aire enrarecido, con un frío helador, a 5.486 metros de altitud. Cuando ya no era posible soportar más aquella situación, se abrió de forma natural un pasaje. Kanengieter y el líder del equipo descendieron en rapel la última parte del recorrido.

Minutos después de que se ataran la cuerda al cuerpo, a una distancia de 45 metros uno del otro en línea vertical, oyeron un sonido como si algo se hubiera partido. La nieve que se había acumulado debido a la avalancha se estaba rompiendo por la acción de una bolsa de aire que se encontraba más abajo.

A 4,5 metros por delante del líder, el hielo se comenzó a partir. "Nuestra vida pendía de un hilo, pero no sabíamos en qué dirección seguir, ¿hacia arriba o hacia abajo?", dijo Kanengieter. En este caso, ambos tenían bastante conocimiento de alpinismo, pero en aquel momento todo lo que importaba era tomar una decisión. El líder quería seguir adelante, pero Kanengieter -intuyendo que la fractura, en el mejor de los casos, impediría el acceso hacía la cumbre y, en la peor de las hipótesis, provocaría una avalancha que mataría a ambos- no estuvo de acuerdo.

"Yo era un seguidor allí -un seguidor activo- y mi función era imaginar una manera de ayudar al líder a tomar una decisión", dijo Kanengieter, destacando que, desde donde estaba, tenía una visión mejor del verdadero peligro en que se encontraban. "Nuestro modelo de liderazgo valora el potencial de los seguidores activos, que es de una eficacia enorme en momentos de incertidumbre y de opiniones en conflicto". Aunque la misión tuviera que ser abortada y el objetivo jamás se hubiera alcanzado, el líder y el resto de miembros del grupo respetaban el conocimiento de Kanengieter y sus habilidades de liderazgo anteriormente demostradas.

Según dejaron claro Ashby y Kanengieter, el liderazgo no es unidimensional ni autocrático. La decisión final la tiene, sin lugar a dudas, el líder, pero para eso él debe contar con contribución real, que sólo podrá ser comunicada por los miembros del equipo si el líder, a lo largo de todo el proceso, ha delegado poderes para que eso ocurra.

Para Ashby y Kanengieter, el concepto de seguidor activo es fundamental. Es algo que se conquista por la confianza, dando prioridad al objetivo y la comunicación adecuada, y no sólo en momentos de crisis, sino desde el primer día de la elección del equipo. Aunque la meta, como en el caso de la escalada, se tenga que abandonar, el grupo entero ofrecerá su apoyo.

"Funciona en el montañismo, en el espacio y en el mundo de los negocios", dijo Ashby. "Las personas sólo van a considerarme su líder después de que yo les conceda poder para que sean seguidores activos. Ellas pueden objetar mi decisión, pero ratifican mi liderazgo a partir del momento en que se tome la decisión, apoyándose con entusiasmo las unas en las otras".

Fuente: AmericaEconomia.com




martes, 22 de octubre de 2013

La jerarquización de los puestos de trabajo

El verdadero diferenciador de una empresa es el talento humano con el que cuenta. Sin embargo, muchas veces vemos como en las compañías hay un temor y una falta de comunicación entre los diferentes niveles jerárquicos que impiden que los trabajadores den sus opiniones, aporten sus sugerencias y puedan, efectivamente, poner su conocimiento a disposición de la empresa.

En la década de los 60’s, un antropólogo holandés, Geert Hofstede, estudió diversas dimensiones culturales que determinan el comportamiento típico en diferentes países.

Una de tales dimensiones es la que se conoce como el índice de distancia al poder, el cual mide el respeto por la jerarquía y la relación con la autoridad en una cultura determinada. Posteriormente, Malcolm Gladwell, periodista de diarios como The Washington Post y The New Yorker, tocó el tema de la relación entre este índice y la ocurrencia de accidentes aéreos por causas relacionadas con fallas en la comunicación, encontrando que en los países donde este índice es más alto hay más probabilidad de sufrir accidentes.

Cuando ocurren problemas en el avión, la comunicación entre los tripulantes y los controladores aéreos es fundamental. Sin embargo, en muchas ocasiones este aspecto tan importante falla por miedo, por ejemplo, del copiloto de contradecir al piloto ó de los tripulantes para informar eficazmente su situación a los controladores.

En los países de Latinoamérica, en general el índice de distancia al poder es muy alto. Chile, con 63, Perú con 64, Ecuador con 78 y Colombia con 67 están dentro los países en los cuales este índice tiene valor más elevado. Esto se refleja en el mundo empresarial.

Es común que nuestras empresas se caractericen por tener organigramas altos, alta diferencia en los salarios entre los directivos y el resto de empleados, toma centralizada de decisiones y fallas en el trabajo de equipo por la falta de comunicación, entre otras falencias.

Estas características dificultan el rendimiento empresarial, a la vez que desgastan el ambiente laboral al impedir que los empleados se sientan en la libertad de expresar sus opiniones, desacuerdos, propuestas, etc. Para que realmente los empleados aporten valor a las empresas y se conviertan en el diferenciador que las mismas esperan que sean, deben contar con los espacios y con el ambiente propicio para expresarse, sin estar limitados por políticas que fomentan la jerarquía y la división entre el equipo directivo y el resto de empleados.

Por eso, si las empresas colombianas y latinoamericanas realmente quieren impulsar a sus empleados a aportar ideas, exponer sus puntos de vista, contradecir las opiniones de sus superiores cuando las consideren sin fundamento, etc, deben enfocarse en derribar ese paradigma cultural que se impregna también en la empresa, promoviendo espacios de interacción y entornos de confianza y colaboración mutua que dejen atrás el ambiente jerarquizado y falto de comunicación que predomina actualmente.

Un empleado que exponga su punto de vista, así contradiga a su jefe, es más valioso para la empresa que uno sumiso, que se guarda sus opiniones y sus desacuerdos por miedo a la autoridad.


Autor: Daniel Díaz, artículo publicado originalmente en gestiopolis

lunes, 21 de octubre de 2013

Claves básicas para lograr el éxito

Es posible que tengas las mejores ideas en la empresa, pero nadie lo sabrá que si no puedes comunicarlas. Es importante ser claro y profesional en tus comunicaciones, ya sea a través de correo electrónico, en las reuniones, o de manera personal.
 
Observa a los compañeros y superiores que admires para ver si puedes aprender y adoptar sus técnicas de comunicación eficaz. Ten cuidado al redactar mensajes de correo electrónico a tus jefes, colegas y clientes; no seas perezoso simplemente por el medio de comunicación.

"La capacidad de comunicarse de manera efectiva realmente es la base para el desarrollo de las relaciones cruciales dentro de la propia organización y establece el tono para el desarrollo y el movimiento", dice Michael Steinerd, director de reclutamiento para Indeed.

Para ser un comunicador eficaz, es igual de importante escuchar y hacer preguntas, como lo es proponer tus propias ideas. Escuchar cuidadosamente a tu público te ayudará a determinar si tus ideas son entendidas y saber qué tan bien cuadran tus objetivos con los intereses de la gente a la que te diriges.

Prepárate con anticipación, y practica lo que vas a decir. "Cuando hables por teléfono con un cliente, cuando vayas a una junta interna, cuando estés hablando con tu jefe durante una evaluación de desempeño, la preparación es realmente la clave para expresar tu punto", dice Peggy Klaus, una asesora ejecutiva y autora de 'The Hard Truth About Soft Skills'. Si quieres desarrollar "la capacidad de hablar tanto con amabilidad como con fuerza, usar ambas partes de tu personalidad puede ser dinámico e impactante".

No eludas las conversaciones difíciles: son una parte importante de la comunicación efectiva y son mejor abordadas directamente que cuando se evitan.

Fuente: cnnexpasion

jueves, 17 de octubre de 2013

6 claves para afianzar tu liderazgo

Liderazgo significa diferentes cosas para diferentes personas. No obstante, la mayoría aluden a características como confianza, respeto y un auténtico interés por el otro cuando describen a quien ellos consideran un auténtico líder.

Si esto es así, ¿por qué valoramos y desarrollamos casi exclusivamente (especialmente en un entorno empresarial) características como la asertividad, el espíritu competitivo y el éxito personal, y de hecho consideramos débil e incapaz de liderazgo a una persona con las primeras características? ¿Será acaso que estamos equivocados?

En su reciente libro “Give and Take: A Revolutionary Approach to Success”, Adam M. Grant, un galardonado profesor e investigador de la Escuela de Negocios de Wharton de la Universidad de Pensilvania, explica que existen tres tipos de personas en este mundo: “aquellos que toman de los demás (takers), aquellos que dan (givers) y aquellos que buscan un equilibrio entre estas dos (matchers).

Según Grant, diversos estudios han demostrado que las personas que tienden a dar más de lo que reciben (givers) no son muy exitosas en el corto plazo, pero generan mayor éxito que los takers y los matchers para sí mismos y para los demás en el mediano y largo plazo.

A continuación te sugerimos 6 habilidades clave a desarrollar, que generan éxito y liderazgo perdurables, en lugar de únicamente logros a corto plazo.


1.- Involucrar a los demás

Un verdadero líder cree en la gente y genera equipos de trabajo efectivos en lugar de intentar hacer las cosas solo y colgarse la medalla. Un líder está consciente de que no sabe todo y que requiere del conocimiento de su equipo para lograr los objetivos.



2.- Anteponer las necesidades de otros a las tuyas

Parece ilógico, pero anteponer las necesidades de los demás a las nuestras no es solo generoso sino sabio. Tenemos una concepción errónea de liderazgo: el líder no es el integrante más importante de un equipo, es el menos importante y su trabajo es facultar y hacer brillar a los demás.


3.- Generar relación y ser sensible a tu impacto en las personas

Un líder sabe que la relación es la base del logro, especialmente de logros sustanciales. Por ende, se enfoca en generar, mantener, fortalecer y reestablecer relaciones a todo nivel de la organización y fuera de esta, mediante un auténtico interés, respeto y confianza en otros.


4.- Asumir responsabilidad y compromiso
 

Liderazgo implica asumir responsabilidad por las cosas en lugar de culpar a otros o a las circunstancias, así como comprometerse a lograr las metas independientemente de los problemas que surjan en el camino.


5.- Tener las conversaciones requeridas aunque sea incómodo

Ser líder no se trata solo de incluir y tratar bien a la gente. También involucra ser derecho, riguroso y llamar a cuentas cuando la situación lo exige. Así, un líder no le da la vuelta a las conversaciones difíciles y las enfrenta inmediatamente.



6.- Inspirar a otros

Liderazgo es no solo dirigir sino también inspirar a otros a sobrepasar los obstáculos y lograr los objetivos. Por ende, un líder es alguien que trabaja no solo con la cabeza sino también con el corazón, entregándose completamente a otros y a la labor de manera que los demás sepan que cuentan incondicionalmente con él/ella.



Aunque no exista una definición fija de liderazgo, la realidad es que liderar a otros se basa en gran medida en la capacidad de influir sobre ellos.
Kenneth Blanchard, el célebre autor y experto en liderazgo dijo una vez: “La clave para un liderazgo exitoso hoy día es influencia, no autoridad”. Sigue estas seis sugerencias para ser un líder efectivo y generar liderazgo en otros mediante tu ejemplo.


Fuente: altonivel